Aquí surge el primer conflicto en la búsqueda de Lord Wilow, ya que su presencia no es registrada por ningún cronista de la época, y no se justifica un “corsario”, autorizado por Inglaterra para hostilizar las colonias españolas, a pesar que el matrimonio entre Felipe y María era muy impopular en Inglaterra (debido a que ambos eran católicos en un país que ya demostraba una mayoría anglicana). Concretamente se señala;
“En 1565, habría naufragado frente a la playa de Ñagué un bergantín al mando del enigmático corsario inglés Lord Willow, obligándolo a pasar algunas semanas en una amplia caverna que le sirvió de guarida.
Con los restos de la embarcación se construyeron viviendas para él y su tripulación, apoyados por los indígenas changos que habitaban un conchal cercano. Hasta 1572, año en que habría sido recogido por navegantes de su misma nacionalidad, Lord Willow y sus hombres convivieron intensamente con los habitantes de la región, al extremo que hasta el presente muchos postulan la posibilidad de que el nombre de la ciudad de Los Vilos provenga de la deformación fonética del sonido lordwillow.” 3
En esto tampoco hay seguridad, ya que otras fuentes sugieren la llegada de “Lord Willow” en 1556;
“En 1556 naufragó en la caleta el bergantín inglés de Lord Willow, quién permaneció en el lugar hasta 1572” 4
Algunos hablan de su ferocidad en los asaltos a las caravanas del siglo XVI, lo que ya es sospechoso, y los viajes eran protegidos por hombres armados;
“...takes its name from the Hispanic corruption of “Lord Willow”, a British pirate who was shipwrecked and the coast and decided to stay. It later became notorious as a danger spot where highway robbers held up horses - drawn carriages traveling between Santiago and La Serena, relieving their occupants of all their belongings and sometimes murdering them for good measure” 5
Las circunstancias del reino en 1556 eran peligrosas, ya que en la navidad de 1553, los mapuche al mando de los jefes Caupolicán, Lautaroy Colocolo,6 habían derrotado y muerto al gobernador Pedro de Valdivia en las selvas de Tucapel, y se mantenían a la ofensiva con movimientos que arrasaron con las ciudades-fuertes de Concepción, Arauco y Purén. Si un caballero inglés hubiese llegado al reino en esas circunstancias habría sido utilizado en las defensas de Santiago u otra ciudad amenazada, teniendo en cuenta que por aquellos días Felipe II de España era Rey consorte de Inglaterra. Entonces lo que resta es saber que significado tenía la piratería en el siglo XVI. Para ser más precisos la piratería y las actividades corsarias difieren en el concepto central de la ilegalidad de una y la autorización de la otra, por parte de gobiernos que carecen de escuadras o se encuentran distantes para desarrollar acciones de guerra.
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Pedro Valdivia derrotado y muerto en las selvas de Tucapel, en la navidad de 1553. Cuadro de Fray Pedro Subercaseaux.
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Un corsario fue un buque privado armado que operaba durante tiempos de guerra en contra del comercio del enemigo. Estos buques recibían una patente de corso, que los autorizaban a tomar presos durante tiempos de guerra, y que les servía tanto como certificado oficial de represalia como de garantía de buen comportamiento. El nombre corsario cubría tanto los barcos como los hombres que navegaban en ellos. La primera patente de corso fue emitida en Inglaterra en 1293, pero solamente desde 1589 en adelante se estableció que los presos deberían ser condenados por un Tribunal del Almirantazgo y que debería haber una repartición de su valor entre la Corona y los dueños. La división generalmente se hacía sobre la base de un 10% para la Corona y el 90% para los dueños.7
Las actividades corsarias en Chile comienzan a mediados de 1578, con la entrada de Francis Drake al Pacífico. Antes no se registran acciones de sabotaje marítimo de parte de potencias europeas contrarias a España en el concierto Sudamericano, exceptuando a la expedición de Hawkins, muy alejada de Chile.8 Las operaciones de los ingleses en aguas chilenas durante el Siglo XVI caen dentro del marco de las operaciones de corso, aunque la corona Española consideraba a cualquier navegante que penetraba al Pacífico como un pirata, y había ordenado a las autoridades locales tratarlos como si lo fueran. En ese momento Inglaterra y España estaban oficialmente en paz, pero ya existía un estado de tal tensión entre ellos que se puede considerar que existía un estado de represalia. El que era abiertamente hostil era Enrique II de Francia que en 1555 envió a Jacques de Sores quien saqueó la Habana.9 La tradición señala que Lord Wilow naufragó en las costas del norte de Chile, a la altura de la bahía de Ñagué, desde donde dirigió sus pasos a la caleta que los indios habitaban. Se señala que su goleta estaba inutilizada, y que no existía ninguna forma de reparación.
Si atendemos a la reparación de un barco en las circunstancias que mostraba el reino en la época, es probable que esta argumentación tenga sustento. De hecho, durante la gobernación de Pedro de Valdivia, se trató de construir un bergantín en el sector de Concón, para agilizar las comunicaciones con Perú, cosa que la presencia de “un carpintero de ribera”, buena madera y una playa apropiada para varadero10, en los sectores de la desembocadura del río Aconcagua (Marga - Marga), ofrecían esas condiciones.11
Si bien el trabajo en el improvisado astillero fue destruido por los indígenas de Aconcagua junto a los españoles que trabajaban en él, marcó un precedente para la construcción de navíos en el país, que siguió un lento crecimiento, luego de sofocado el levantamiento de Michimalonko (que además destruyó Santiago), se comenzó a construir bergantines más grandes que el destruido en Concón. En 1549 se construyó uno para 30 tripulantes, lo que subió en 1557 a diecisiete naves construidas en el reino. 12
Si obviamos la poca claridad en las fechas, por cierto, cosa no menor en el rigor histórico, para un “Lord”, el hecho de perder su barco no debió ser inconveniente para buscar alternativas, como por ejemplo, dirigirse a Santiago o a Valparaíso, con el fin de lograr ser embarcado a su Inglaterra natal. Para 1565, los navíos en el país, capacitados para navegar en sus costas, sumaban sesenta y dos.13 La mayoría de las naves fueron utilizadas para cabotaje y nuevas exploraciones por el Pacífico Sur.
Si Willow era un “Lord”, al mando de un bergantín de madera, debió tener un cargo importante dentro de la Armada Británica de la época. El problema es que el título de “Lord Almirante” no existía aún en la Inglaterra del siglo XVI. El servicio naval permanente no existió realmente hasta mediados del siglo XVII, cuando el parlamento tomó el mando de la Flota Real tras el derrocamiento de Carlos I de Inglaterra en la guerra civil.14 Los reyes normandos iniciaron un equivalente en 1155 con la creación de la Alianza de los Cinco Puertos y el establecimiento del puesto de “Lord Warden” en los Cinco Puertos. Esto resultó efectivo durante los años de la dinastía Plantagenet, pero como la mayoría de las instituciones de este tipo, cayó también en desuso. 15
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Fig.12
Elizabeth I Reina de Inglaterra
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Por lo tanto, se debe descartar la carrera profesional de “Mr. Willow” en la Real Armada Británica, ya que esta no existía de forma regular, sino hasta la victoria sobre España en 1588. Willow en Chile habría causado una gran impresión en el reino, ya que provenía de un país rival de España y además, su condición de protestante - los Lords ya lo eran, pues Elizabeth I restableció el anglicanismo como religión de Estado. 16
Debió entonces ser puesto a disposición del Alguacil Mayor del reino, cosa que no está en ningún registro conocido, o bien despachado en el acto con rumbo a Perú. Sin embargo, se sostiene que Willow permaneció en la zona hasta 1572, año en que las relaciones entre las dos potencias eran agresivas, tanto en política como en vocabulario. Además se señala que con los restos de su nave, “Lord” Willow y su tripulación construyeron viviendas ayudados por Changos de una aldea vecina;
“Lord Willow tenía en ese lugar unas propiedades o predios agrícolas y los lugareños, yéndose por el lado más fácil, poco a poco fueron transformando "Lord Willow" en "Los Vilos".17
Cabría entonces preguntarse si las autoridades españolas habrían permitido un enclave inglés en la costa chilena con apoyo de los naturales, susceptibles a incorporarse a las huestes protestantes en un período de Conflicto bélico entre España e Inglaterra.18 La Visión de los católicos de la época con respecto a los protestantes en el reino de Chile se muestra claramente en el episodio en que Alonso de Escobar, cansado de las críticas de Fray Gil González dirigidas a su persona por el tratamiento a los indios, criticó públicamente al sacerdote. El vicario Paredes respondió que lo dicho por Escobar
“era palabra escandalosa y malsonante contra nuestra religión cristiana, y una de las opiniones de Martín Lutero y sus secuaces” 19
Luego de un juicio Escobar fue liberado, pero los constantes roces entre religiosos y juristas continuaron tres meses después, esta vez, entre el licenciado Antonio de Molina y Fray Gil González. Fray Gil fue criticado abiertamente por el religioso luego que el primero dijera que los pecados de los padres eran extensivos a sus hijos, para arder en el infierno. La respuesta del Licenciado Molina fue acompañada de los peores improperios religiosos de la época;
“... (Fray Gil era)... tan luterano como los de Alemania”. 20
Esto echa por tierra entonces que un protestante pudiera pasar desapercibido en el Chile del Siglo XVI, y menos en una sociedad tan rústica y primitiva como las haciendas de Choapa. Es además extraño que una persona de alta alcurnia, caballero inglés al mando de hombres, casi con certeza protestantes, no fuera llamado a declarar en una época en la que los primeros comisarios del Santo Oficio en Chile cumplían sus funciones como sus primeros inquisidores como lo fueron Serván de Valenzuela, el canónigo Melchor Calderón en Santiago y Agustín Cisneros en La Imperial.21 Este tribunal era el encargado de velar por el cuidado de la fe católica y de los súbditos del monarca español.22 Numerosos fueron los procesos en Chile de este tribunal hasta 1811, en que fue derogado por el primer Congreso Nacional. En sus registros no aparece ninguna mención a un Lord Willow, ocurriendo lo mismo con las actas del Cabildo y de la Real Audiencia.
Ahora bien, etimológicamente hablando, y según la costumbre europea de entonces de agregar al nombre el lugar de nacimiento-tradición que se remonta a la baja Edad Media- este supuesto “Lord” provendría de una zona denominada Willow (Sauce), lo que hace más interesante su búsqueda, pues en esa época no existía un lugar así en las Islas Británicas, lo que se mantiene en la actualidad. ¿Pudo Lord Willow ser escocés y no inglés, por lo tanto católico y no protestante? La verdad es que dadas las circunstancias Escocia siempre dividida entre sus clanes y nobles que se disputaban el dominio del país ya estaba bajo dominio inglés tras la muerte de María Estuardo y la proclamación de Jacobo I, su hijo, por los ingleses, los cuales dominaban en toda la Gran Bretaña, desde Gales a Irlanda. El historiador Hernán Carvajal dice lo siguiente;
“...cuenta la leyenda del pirata Inglés Lord Willow, quien en tiempos de la Colonia habría llegado a la zona, afincándose en esa playa. Desde entonces el lugar era conocido como la playa de Lord Willow, que el lenguaje popular convertiría en lo que conoce hasta hoy como Los Vilos.”23
“El origen de la palabra Los Vilos es con más seguridad el que dice provenir del término mapuche filu, que significa culebra o serpiente... el nombre viene de filu (culebra) pues señala que las playas de Los Vilos mirada desde los cerros de oriente, parecen enormes culebras recostadas a orillas del mar.24
Ninguno de los cronistas de la conquista, como Góngora y Marmolejo, Jerónimo de Vivar, Mariño de Lovera, ni los jesuitas Alonso de Ovalle y Diego Rosales, lo mencionan en sus obras, lo que es extraño, siendo la mayoría de estos contemporáneos a su figura. Rodolfo Lenz señalaba en la primera década del siglo XX;
“Su nombre viene de la alteración de la palabra indígena Vilú, que significa culebra, o lugar de culebras”.25
La explicación del nombre de la localidad de Los Vilos es a mi juicio una consecuencia del traslado de mapuches capturados en la guerra de Arauco para trabajar en las actividades mineras de la zona. Ellos traían su idioma y cultura, que aunque fracturadas por la colisión con el mundo europeo, aún mantenía rasgos sociológicos claves en su conducta. Es probable que entre esos “encomendados” llegase un miembro del clan “Vilú”, como lo fue Ayllavilú (nueve culebras), jefe que intentó detener a Pedro de Valdivia en 1550.26 En la primera batalla de Boroa en 160627 aparece otro jefe de nombre Aillavilú (seguramente hijo o nieto del precedente). En 1612, se encuentra implicado en los hechos del llamado “Martirio de Elicura”, donde fueron asesinados los padres jesuitas Martín de Aranda Valdivia, Horacio Vechi y el hermano Diego de Montalbán.28 Este Aillavilú tuvo más fortuna que su antecesor, pues tomó el fuerte construido durante la gobernación de Alonso de
Rivera en la Imperial (2° gobierno, 1612-1617) matando a 150 soldados de la guarnición del fortín, además de cercar el fuerte de Arauco, lo que obligó al gobernador Alonso García de Ramón a emprender una campaña contra los mapuches que terminó en una victoria hispana (1618).29 En esa época Pedro de Bustamante recibió del mismo gobernador tierras e indios en Choapa, por lo que no extraña que algún miembro importante de la familia del jefe mapuche haya sido tomado prisionero y enviado al norte, lo que no es de extrañar ya que los caseríos de Arauco recibían el nombre de sus jefes, como lo confirmaron los españoles al enfrentarse a jefes dueños de la tierra como Tucapel, Elicura, Penco, Millarapue, entre otros, comenzando por llamar “Vilú” a la tierra de individuos de ese clan en el área del río Conchalí, en el siglo XVII, ya que existían linajes como los Ñamcu de Angol, los Lemu de Colue y los Vilú de Maquegua.30 Entonces se comenzó a hablar de las tierras de Vilú sino en el siglo XVII, tal vez a finales del XVIII, pues antes no hay ninguna mención a Los Vilos, sino a zonas aledañas como Chigualoco, Conchalí, Choapa, Quilimarí, Punta de Ballena, y Matagorda. El 22 de octubre de 1723, otro jefe mapuche del clan “Vilú”, el toqui Vilúmilla toma el fuerte de Purén y otras poblaciones aledañas. En el sector de Algarrobito, en el Valle de Elqui, existió un pueblo de indios encomendados que se llamó Vilúma.31 Por ejemplo, en 1579 la encomienda de Juan de Cuevas, que reunía entre otros los pueblos de Vichuquén, Huenchullami y Loncomilla, en la región del Maule, tenía destacados en Chigualoco a 33 trabajadores, con 39 mujeres y 31 niños.32
En cuanto a la búsqueda del misterioso Lord Willow, otra acotación nos la da el historiador Igor Goicovic Donoso;
“Tampoco figura esta localidad en las relaciones sobre incursiones piratas por las costas de Chile. Lo anterior invalida todas las versiones que sugieren que el nombre de la localidad proviene de un <> pirata inglés (aparentemente de mucha alcurnia y abolengo, ya que se le denomina Lord) de apellido Willow. Estas relaciones no dan cuenta de ningún desembarco pirata en nuestrascostas y tampoco establecen la existencia de un corsario llamado Lord Willow.” 33
Existen otras publicaciones que recogen la leyenda de Lord Willow en un tono que refleja la poca claridad de su existencia;
“(sobre el nombre de la ciudad)...y no faltan los que agregan que viene de Lord Willow, cuyo bergantín habría naufragado en estas costas”.34
Las fuentes históricas identifican a un único corsario como visitante a la bahía de Los Vilos, su nombre; Sir Francis Drake, en noviembre de 1578.35 Visto entonces las fuentes bibliográficas, geográficas, históricas y toponímicas, las cuales descartan la presencia de un tal “Lord Willow” en las costas de Chile, su asentamiento e influencia en la zona a través de la deficiente interpretación de su nombre, basta entonces saber en que momento comenzaron a circular rumores de su presencia, que con el paso del tiempo se tornó en leyenda quedando grabada en la memoria colectiva de Choapa. En 1958, el poeta Pablo de Rokha publica “Idioma del Mundo” en que señala a Lord Willow directamente;
“...y la gaviota que posee tanta campana de agua de mar como la garganta de Lord Willow...” 36
En 1982 en un artículo de prensa en el diario La Tercera de La Hora, Cristián Hunneus, se refería al sector de Los Vilos de la siguiente forma;
“... (Los Vilos)... ese puerto ventoso y con aire de campamento dormido que fuera visitado brutalmente dicen, en tiempos de la colonia, por el corsario inglés “Lord Willow” (cuyo nombre habría dado origen a Los Vilos...” 37
Luego, en 1984, un folleto de la Ilustre Municipalidad de Los Vilos, se da a entender el origen del nombre de la ciudad como derivada de una mala pronunciación del inglés por parte de los indígenas de la playa. Esto demuestra que la figuración de este hombre es de origen literario, de ficción - no realista, ni mucho menos histórico.
Es por todas estas razones que la presencia y existencia de un “Lord Willow” en las costas del Norte Chico, específicamente en Los Vilos es improbable e insostenible en la realidad, a la luz de la investigación científica, historiográfica y documental.
Referencias:
1 La rebelión contra el monarca hispánico comenzó en 1568 y finalizó en 1648 con el reconocimiento de la independencia de las siete Provincias Unidas, hoy conocidas como Países Bajos (u «Holanda»). Los países que hoy se conocen como Bélgica y Luxemburgo formaban parte de las Diecisiete Provincias, pero permanecieron leales a la corona española (los territorios bajo el dominio del Obispado de Lieja no formaban parte de las Diecisiete Provincias, sino del Sacro Imperio Romano Germánico y, por tanto, no tomaron parte en la guerra). Los rebeldes del norte, que eran liderados por Guillermo de Orange, fueron apoyados por Francia e Inglaterra. Por su parte el enfrentamiento con Inglaterra terminó en 1588 con el desastre de la expedición de la Armada Invencible, con la que España pretendía ocupar la isla británica, derrota naval que señala el principio del fin de la hegemonía española en Europa.
2 Dícese de los caballeros nacidos en la Primera nobleza inglesa, que se remontaba según la tradición, desde la invasión normanda de William The Conqueror en 1066, luego de derrotar al rey sajón Harold II, en la batalla de Hastings.
3 Patricio Nazer, periodista y autor de artículos de Investigación Histórica en Diario Digital Del Choapa, reportaje dominical, Los Vilos: 150 Años De Historia Naciente (1855-2005).
4 Donato Terechio, “Diccionario Histórico y Biográfico de Chile”, pág. 96, Editorial Antártica, Santiago de Chile, 1986.
5 Melissa Graham. “The Rough Guide to Chile”, Pág. 167. 1999.
6 Queupolicán y Laftrarú en lengua mapuche. Lautaro (?, 1534-Mataquito, actual Chile, 1557) Caudillo araucano. Hijo del cacique araucano Curiñancu, tras servir como caballerizo a las órdenes de Valdivia, gobernador de Chile, decidió escapar y ponerse al frente de la resistencia de su pueblo contra los conquistadores españoles. Hábil estratega, logró desconcertar a sus enemigos gracias a la rapidez y lo imprevisible de sus movimientos. Esto le permitió asaltar Tucapel y destruirla, y luego sorprender a Valdivia cuando éste llegaba con refuerzos y aniquilar sus fuerzas en el enfrentamiento. Con estas victorias fue acrecentado su prestigio, al tiempo que la ausencia de un mando unificado sembraba el desorden entre los españoles. Durante sus correrías conquistó la ciudad de Concepción y realizó asaltos infructuosos a Santiago, La Imperial y Valdivia, hasta que fue bloqueado por un ejército dirigido por Villagra; Lautaro no llegó a participar en la batalla ya que fue asesinado en su tienda antes de que ésta diera comienzo. Caupolicán (Pilmaiquén, ?-Cañete, id., 1558) Caudillo araucano. Destacado guerrero del pueblo mapuche o araucano, luchó con valor contra la invasión española. Fue elegido toqui (caudillo para una situación excepcional), y en 1553 se alzó con Lautaro contra los españoles dirigidos por Pedro de Valdivia. Con gran habilidad, guió a sus hombres al combate y logró derrotar a Valdivia en Tucapel, acción en la que el español perdió la vida. Tras la muerte de Lautaro, se convirtió en el jefe supremo de los araucanos y continuó la lucha contra los españoles. En la batalla de Millarapue sufrió una importante derrota de la que no llegó a recuperarse. Fue apresado en una emboscada por Alonso de Reinoso y conducido hasta Cañete, donde murió en el suplicio del empalamiento. La historia de Caupolicán fue inmortalizada por Alonso de Ercilla en su poema épico “La Araucana”. Colocolo; logró reunir a los dispersos clanes mapuches en la rebelión contra el hombre blanco, a los cuales vencieron, asesinando a Pedro de Valdivia en la batalla de Tucapel (1553), destruyó los fuertes de Purén y Penco, tomando la ciudad de Concepción en dos oportunidades. Luego de la muerte de los jefes Lautaro (1557), Caupolicán (1558), Lincoyán (1558) y Tucapel (1560), logró la paz circunstancial con García Hurtado de Mendoza, en 1559 – en la que se vio obligado a aceptar la fe cristiana, como táctica para reagrupar fuerzas - obtuvo victorias sobre las huestes de Francisco de Villagra, a quién sobrevivió tras su muerte en 1562. Lideró una nueva rebelión general (1563) mandando ahora el nuevo gobernador - y primo de Francisco de Villagra- don Pedro de Villagra, a quién puso cerco en el reconstruido fortín de Arauco y a la ciudad de Angol, en dos ocasiones, el 3 de febrero de 1563, por varios días, y el 14 de abril del mismo año. Luego firmó una paz pasajera con Rodrigo de Quiroga, nuevo gobernador de Chile, que duró hasta la muerte del jefe mapuche en abril de 1565, con gran llanto de los habitantes de las comarcas cercanas a Cañete y Piedra Santa. En los siguientes años diversos jefes mapuches malheridos acudirán al lugar de su tumba, para convertirse en pillanes junto al espíritu del Ulmen caído, como son los casos de Janequeo en 1592 y Lonconahuel en 1613.
7 Hamish I. Stewart Stokes y Claudio Cabello Pizarro “Los Corsarios en la Historia Chilena”. Documento html.
8 Sir John Hawkins; (Plymouth, actual Reino Unido, 1532-en aguas de Puerto Rico, 1595) Aventurero inglés. Comerciante de Plymouth, en 1562 se embarcó en una flotilla rumbo a América, cargada de esclavos y telas, sin contar con el permiso de la Corona española. Tras el éxito del primer viaje volvió a repetir la empresa en dos ocasiones más, pero en la segunda, en 1567, a causa de una tormenta, se vio obligado a buscar abrigo en la bahía de San Pedro de Ulúa, en la costa de México, y allí fue atacado por una flota española y a duras penas logró escapar. En los años que siguieron a este combate, Hawkins y Drake, que también había estado presente, realizaron numerosas expediciones corsarias contra los buques españoles. En 1578, Hawkins se convirtió en tesorero de la Marina y se distinguió por su honestidad y su visión, preparando galeones bien artillados y manejables. En 1588, a bordo del Victory, fue uno de los capitanes de la flota inglesa que derrotó a la Armada Invencible. Murió navegando cerca de Puerto Rico y su cuerpo fue entregado al mar. Enciclopedia Salvat.
9 Fue el 10 de julio de 1555. “Artillería en Chile”, Capitulo II, pág. 24, Comité de Artillería Ejército de Chile, Industrias Gráficas, santiago de chile, 1 edición, diciembre 2000.
10 Sergio Villalobos Op. Cit. Santiago, Zig-Zag, 1983, tomo I, Pág. 190.
11 Valdivia, cuenta en carta al emperador Carlos V, el 4 de septiembre de 1545, que él mismo con ocho soldados a caballo hicieron “escolta” a doce hombres que trabajaban en él. En Carta al Emperador Carlos V, La Serena, 4 de septiembre de 1545, en Pedro de Valdivia, Cartas de Relación de la Conquista de Chile, Pág. 29, Santiago , Universitaria, 1970.
12 Mario Barros Van Buren “La Actividad Naval del Reino de Chile”, Pág. 4, en Revista de Marina no 816, septiembre – octubre de, 1993.
13 Villalobos señala que de ellas solo 8 fueron construidas en el país. Sergio Villalobos, Op. Cit. Pág. 191.
14 Web Oficial de la Royal Navy. 15 Royal Navy History - Institute of Naval History.
16 Lo hizo sobre las bases del Acta de Supremacía, dictada en su momento por Enrique VIII, que completó con el Acta de uniformidad de 1559 y los Treinta y nueve artículos de 1563.
17 Waldo Ayarza Elorza, “...De los Vascos Oñate y los Elorza, documento digital 1995.
18 Elizabeth I preocupada por la hegemonía española en la colonización de América, ignoró el tratado de Tordesillas y autorizó la fundación de la colonia inglesa de Virginia. La tensión entre Inglaterra y España alcanzó su punto culminante en 1587, cuando las dos potencias se declararon la guerra. Ese mismo año, Isabel, no sin reparos, hizo ejecutar a María Estuardo, ante el temor de que sus derechos sucesorios alentaran una conspiración católica. El triunfo de la flota inglesa sobre la Armada Invencible enviada por Felipe II al año siguiente dio a Inglaterra la supremacía marítima.
19 Francisco Antonio Encina “Historia de Chile” Pág. 193 - 194, Editorial Lord Cochrane, Santiago de Chile.
20 ID.
21 Francisco Antonio Encina, “Historia de Chile”, Vol. II, Capítulo. XXII. pág. 178. Encina señala en el capítulo XXII de la Tercera parte de su obra a Cisneros en Concepción. En el capítulo XIX de la Cuarta parte de la misma, rectifica señalando La Imperial
22 La Inquisición se instaló en Chile en 1570, presidida por Serván de Valenzuela. En julio de 1599 fue su primer fallo en contra de doña Francisca de Vega, esposa de Juan de Murcia. El primer habitante de Chile quemado por la inquisición fue Francisco Maldonado de Silva, luego de perder un proceso que lo tuvo doce años en prisión, lugar donde llegó tras ser denunciado por su hermana Isabel en 1626, por señalar “que era judío y guardaba la Ley de Moisés” cambiando su nombre a Eliahu Hanazir, además de cumplir con la circunsición, y que “la Virgen había parido a nuestro señor era mentira”. Fue sometido al suplicio de la hoguera en Lima el 23 de enero de 1639.
23 Hernán Carvajal Lazo, “Illapel y la Toponimia Indígena de Choapa”.
24 ID.
25 Rodolfo Lenz, “Diccionario Etimológico de las voces chilenas derivadas de las lenguas indígenas americanas”. Pág. 1451, Santiago de Chile, 1905 -1910.
26 Batallas de Andalién y Quilacura (26 de enero de 1550–22 de febrero de 1550). Alonso de Ercilla en su “Araucana” y Jerónimo de Vivar Op. Cit. lo llaman Aynavillo (pág.168, 171,186). Ercilla señala “Una batalla tuvo... (Pedro de Valdivia)... aquí sangrienta, / donde a punto llegó de ser perdido;/ pero Dios le acorrió en aquella afrenta,/ que en todas las demás le había acorrido:/ otros dello darán más larga cuenta,/ que les está este cargo cometido:/ allí fue preso el bárbaro Ainavillo,/honor de los pencones y caudillo”. Algunas fuentes señalan que Ayllavilú murió en esta última batalla, y otras que fue envenenado estando prisionero, lo que Ercilla refuta en su Canto II de la Primera Parte;..(habla Colocolo)... "Respondo a esto que nunca sin caudillo/ la tierra estuvo, electo del senado;/ que, como dije, en Penco el Ainavillo/ fue por nuestra nación desbaratado/ y viniendo de paz, en un castillo/ se dice, aunque no es cierto, que un bocado/ le dieron de veneno en la comida/ donde acabó su cargo con la vida." Véase “La Araucana” de Alonso de Ercilla y Zúñiga.
27 La Primera batalla de Boroa sucedió en 1606 entre las fuerzas españolas del gobernador de Chile Alonso García de Ramón y el ejército mapuche al mando de los caciques Ainavilu, Anganamón, Pelantaru y Longoñongo. Los españoles, unos 500 aproximadamente, vencieron a los 6.000 guerreros mapuches aunque solo parcialmente. Ver Diego Barros Arana “Historia General de Chile.” Tomo cuarto.
28 Jordi Fuentes y Lía Cortés, “Diccionario Histórico de Chile”, Pág. 147. Editorial del Pacífico SA. Santiago de Chile, 1966.
29 Vicente Carvallo Goyeneche “Descripción Histórico Geografía del Reino de Chile” Tomo I, Capítulos XCVII y XCVI.
30 Tal como lo señala el historiador José Bengoa no había diferencia entre nombres y apellidos. En la mayor parte se trataba de un nombre compuesto relacionado con algo de la naturaleza. El elemento final se mantenía para todo el linaje. Tenemos en Maquehua a los Vilú (culebra), Aillavilú, Painavilú, Ainavilú, Melivilú, etc. Ver José Bengoa “Historia del Pueblo Mapuche” Siglos XIX y XX, Sexta Edición, Pág. 75, Lom Ediciones, Santiago de Chile, 2000.
31 Luís Risopatrón, “Diccionario Geográfico de Chile”, Pág. 36. Imprenta Universitaria, Santiago de Chile 1924. Existen a su vez el río Vilúcura y Guaquivilú en la región del Bío-bío, Isla Yavilún en el lago Puyehue, Río Vilúco, cerca de Gorbea, un estero Tintinvilú cerca de Parral, entre otros hitos geográficos en el sur de Chile..
32 Sergio Villalobos “Ocupación de Tierras Marginales en el Norte Chico. Un Proceso Temprano” Cuadernos de Historia No 3, Pág. 63-78. Santiago de Chile, 1983.
33 Igor Goicovic Donoso “Pasando a la Historia, Los Vilos 1855 – 1965”, pág.45, Editado por Ilustre Municipalidad de Los Vilos, febrero de 1996.
34 Oreste Plath “Geografía del mito y la leyenda chilenos” Pág. 55, Editorial Grijalbo, 1994. 35 Se identifica la bahía de Los Vilos con el nombre de San Sebastián. 36 Pablo de Rokha, “Idioma del mundo” Publicado por Multitud, 1958.
37 Cristián Hunneus, “Artículos de Prensa 1969-1985”, Pág. 101, en diario “La Tercera a la Hora”, Santiago de Chile, 16 de mayo de 1982, Pág. 21.
Bibliografía.
Bengoa, José “Historia del Pueblo Mapuche” Siglos XIX y XX, Sexta Edición, Lom Ediciones, Santiago de Chile, 2000.
Barros Arana, Diego “Historia General de Chile.” Tomo IV, Santiago de Chile, 1885.
Barros Van Buren, Mario “La Actividad Naval del Reino de Chile”, en Revista de Marina no 816, septiembre – octubre de, 1993.
Carvajal Lazo, Hernán, “Illapel y la Toponimia Indígena de Choapa”.
Carvallo Goyeneche, Vicente “Descripción Histórico Geografía del Reino de Chile” Tomo I, Capítulos XCVII y XCVI. 1796.
Encina, Francisco Antonio “Historia de Chile”, Editorial Lord Cochrane, Santiago de Chile, 1949.
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Fuentes, Jordi y Cortés, Lía; “Diccionario Histórico de Chile”,. Editorial del Pacífico SA. Santiago de Chile, 1966.
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Plath, Oreste “Geografía del mito y la leyenda chilenos”, Editorial Grijalbo, 1994.
Risopatrón, Luís, “Diccionario Geográfico de Chile”, Imprenta Universitaria, Santiago de Chile 1924.
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