“La filosofía del vagabundo se apoya en la no necesidad de nada y el buen talante de aceptarla sin queja alguna”
Camilo José Cela (1916-2002) Escritor español.
Cuando era Director en el Centro Estudios Musicales (CEM) conocí a un curioso pianista. Recuerdo ese día que llegó ese hombre, al parecer indigente, comenzando a tocar el piano situado en la entrada del establecimiento, el cual estaba desafinado, tenía teclas que no funcionaban y los pedales eran parte de la historia. Aun así, este supuesto mendigo poseía ciertas nociones musicales que llamaron mucho mi atención, todo dentro del contexto de una personalidad algo compleja, producto probablemente de ciertas condiciones psiquiátricas que le impedían tener una comunicación fluida. Al mismo tiempo, pude notar que no estaba ebrio, pues no olía a alcohol -... y digamos que tampoco a azucenas... - En fin, el hombre, músico, pianista, loco y amigo decía que su madre era la dueña del cerro castillo de Viña del Mar, y que además, era Dr. en música egresado en composición de una de las mejores universidades de Chile.
Ante su abandono - o auto exilio- me comentó que tenía la teoría de que su madre lo había enviado a educarse a la dura vida, sin ayuda de nadie y sin dinero hasta cumplir 40 años para posteriormente volver a casa. Situación que él tomaba como un gran desafío.
Después que lo conocí, le tomé mucho aprecio, pero tuvimos que llegar a ciertos acuerdos debido a que para los alumnos del CEM el hecho de que él nos visitara era realmente incómodo, ...pues el hombre no era muy amigo de jabón y la ducha. Ante ello, hice un buen trato con él, permitiéndole usar el piano siempre y cuando se duchara antes de pasar por el establecimiento. Ante este compromiso, y por su gran interés en tocar el piano, las primeras veces llegaba diciendo que se había bañado, pero en el río, claramente me demostró que tampoco tenía un lugar donde asearse; al tiempo , recibió ayuda.
Curiosamente una vez cuando compré unos pasajes de avión par ir al extranjero lo encontré en la calle, recuerdo que llevaba en mi mano la impresión de los pasajes recién adquiridos. Entre la conversación, él miró muy rápidamente mis documentos y me dijo todo sobre el viaje: para donde ir, cuanto se demoraba mi vuelo, etc. Ahí realmente entendí que conocía el mundo y además sabía de idiomas, y que al mismo tiempo, era un ser incomprendido para muchos.
Finalmente, recuerdo que le regalaron una guitarra que llevaba para todos lados y que le proporcionaba toda la felicidad que necesitaba en ese momento -¿y a quién no?-, hasta que un día un facineroso, según se supo, se la rompió. Desde ese momento no lo he vuelto a ver, ni nadie.
Personalmente puedo rescatar en él una persona bondadosa y sabía. Si alguien lo conoce le da mis saludos, y si además pueden ayudarlo, háganlo por favor. Decía llamarse Eduardo Inti Paz Reimy, pero su nombre oficial es: Eduardo Federico Ossandon Paz. Según SERVEL pertenecería al sector de Miraflores en Viña del Mar, Valparaíso, Chile.
Les dejo un vídeo de este buen amigo que vuela por la vida. Acá notarán la búsqueda del orden desde el caos...
Les sugiero, entre nosotros, poner atención a Violeta Parra y a Beethoven que por ahí Eduardo los convoca entre su buena y sana“locura”...: