domingo, 6 de abril de 2014

Chilenos envioletados en Utah




Alejandro Cortés Vilches
Alejandro Cortes en USU
Una de mis experiencias en el extranjero fue la de encontrar a Chilenos que fueron fundamentales en mi estadía, desde mi familia Americana, hasta los amigos y familias relacionadas con el  restaurante “Yah poh” dirigido por Claudia Soria. En fin, fueron muchas las personas y las experiencias.


Una de las personas que llamó mi atención fue el profesor Patricio Ortiz. Recuerdo cuando lo conocí, nos fuimos a tomar un café en la universidad. Debo reconocer que fue bastante agradable tener una conversación enriquecida con tantas xuxadas típicas de un café xuxeta. Sin duda Patricio es una persona muy inteligente y de muy buen humor, por lo tanto, nos hicimos muy buenos amigos.

Dentro de los intereses de mi amigo Patricio, estaba el hecho de estudiar guitarra, así que aprovechamos de practicar. 


En esta misma época también conocí  mi amiga, también chilena, Katherine Malfatti, a quien encontré en la iglesia cuando aprendía sobre la cultura de Utah. Kathy es simpática y no nos demoramos mucho en estar en su casa comiendo unas deliciosas “chimichangas” junto a mi amigo americano, Samuel Potter. 

Kathy se caracterizaba por tener buena Voz así que la tenía muy presente.


Resumiendo, a fin de año llegó y la hora de tocar mi concierto también, el cual era bien mediático, y sin ánimos de vanagloriar, bien esperado. He aquí donde propongo a Patricio participar en mi concierto a realizarse en el Performance Hall... Patricio casi se cae de espaldas pero afrontó el desafío como buen chileno aperrado.

Mi entusiasta amigo ya estaba practicando la jardinera de Violeta Parra -¡incorporemos a una amiga que canta bien!- le dije... y así sucedió, hágase el trío fueron las palabras. 

¡Que manera de ensayar y cuantos nervios había! no míos, sino de ellos, como diría un buen chileno: “estaban cagados de miedo”. Los apoyé lo que más pude, aun cuando noté los últimos días antes del concierto que me odiaban en secreto y esperaban que la tierra se abriera y se los tragara, lo cual, era en cierta forma divertido.

En fin, el día llegó y puedo decir con orgullo que sacamos lágrimas en los chilenos que asistieron al concierto, y agradezco profundamente a mis amigos por atreverse a acompañarme, y por supuesto, a realizar algo mágico como la música.




He aquí el resultado. Les dejo el video de como Violeta unió a estos chilenos en el extranjero: